Dos poemas de Suniti Namjoshi y algunos apuntes sobre la traducción
La traductora es una equilibrista. Destinada a andar a medias entre el texto de origen y lo que entrega a la lectora de la versión nueva, el riesgo de caer al vacío o atragantarse con palabras no dichas es grande. Traicionar el texto del original es casi inevitable, porque siempre va una tomando decisiones que prioricen el bien mayor: ¿Es mejor preservar el tono aunque se pierda algo del significado? ¿A qué debo prestar más atención: al ritmo del poema o al peso de las palabras? una se estrella contra los límites porque entiende que no se puede tener todo.
Cuando Ave Barrera y yo decidimos traducir las Fábulas feministas y otros textos de Suniti Namjoshi, me sentí abrumada ante la responsabilidad de transmitir una cosmogonía compleja de intersecciones culturales. Suniti se define a sí misma como una escritora india que escribe en inglés y pertenece a una generación que transformó la literatura de su país retomando elementos mitológicos y reescribiéndolos desde un lugar de significado en donde lo personal es político.
Traducir estos poemas se convirtió en parte de un aprendizaje de la sensación. Mis cinco sentidos reaccionaban ante las imágenes que se transformaban en estímulos táctiles, olfativos, con sabores agradables o repugnantes. La literatura de Namjoshi está tan viva que palpita, y no es difícil habitar su universo una vez que se cede al impulso de recorrer su muy personal entramado simbólico. Esta escritura corporal es ya de por sí intraducible al ponerle palabras, y pretender además reinterpretarla en otro idioma se volvió un reto que disfruté mucho.
A lo largo de la selección de textos la autora escribe introducciones a sus libros que reflejan el momento estético por el que transitaba cuando publicó. Atestiguar el proceso creativo y la trayectoria de una autora apasionante y a la vez irreverente fue para mí un aprendizaje continuo sobre lo que implica ser mujer, escritora, migrante de un país periférico, disidente sexual y feminista. Desde mi propia lectura como autora, la herencia escritural de Namjoshi es una invitación a combinar elementos que parecen irreconciliables y que terminan configurando un rico tapiz que crece desde sus contradicciones.
Una y otra vez Namjoshi cuestiona su propia poética para poner en crisis nociones anteriores de lo que implica ser escritora/mujer y descubrir nuevas formas de asumirse frente a un mundo cambiante. Su ejemplo es valioso para entender que nada está escrito en piedra, que la noción del personaje/escritora se transforma a la par que se escriben y publican los textos. En este proceso, las categorías de lo literario, lo sagrado, el amor o la cultura de origen no salen impunes. Romper con lo establecido para abrazar las ruinas de la palabra es un cometido que Namjoshi cumple con elegancia.
Los dos poemas que comparto aquí me parecen especialmente relevantes porque nos abren una ventana al proceso escritural de una autora que a la vez conforta y desasosiega. Sirvan de botón de muestra para invitar a la lectora a subirse a su vez a la cuerda floja y emprender el viaje imposible de elevarse en el aire sostenida solo por la paradoja de las palabras.
Fábulas feministas y otros textos, de Suniti Namjoshi, traducido por Ave Barrera y Lola Horner, fue publicado por la editorial Paraíso Perdido en 2019. Para leer los poemas mencionados, haz click aquí.
Suniti Namjoshi (Bombay, India, 1941) Creció en lndia, trabajó en Canadá y actualmente vive en Inglaterra. Su trabajo es lúdico, inventivo y a menudo desafía prejuicios como el racismo, el sexismo y la homofobia. Ha escrito colecciones de fábulas y poesía, varias novelas y más de una docena de libros infantiles. En su más reciente trabajo, Foxy Aesop, se cuestiona si es la función de los escritores salvar el mundo. Su trabajo ha sido traducido a varios idiomas, incluyendo español, italiano, holandés, chino, coreano e hindi.
Ave Barrera y Lola Horner son dos escritoras del Bajío mexicano. Juntas se han dedicado a desarrollar algunos proyectos de escritura, traducción y edición. Por separado también han publicado varios libros infantiles y novelas. Tradujeron a cuatro manos Fábulas feministas y otros textos, de Suniti Namjoshi. Su libro de artista 21000 princesas obtuvo el premio LIA en 2015. Son las editoras de Maneras de escribir y ser/ no ser madre.
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