∞
Hubo dudas de estar realmente en casa
un escalofrío
un segundo inmóvil
para preguntarse
¿Esto es cierto?
Hubo atardeceres
la maduración sin prisas de un beso
Una tonada inconclusa esperando el último compás
Fotografías que en pocos pixeles concentraron la dicha
noches entre números y centelleos
buscando un mensaje escrito para mí
En el fondo
siempre titiló una estrella en cuenta regresiva
la sospecha de otra realidad más allá de los espejos
Cuando por fin llegue
abriré cada puerta para decir:
¡Aquí estoy, he vuelto!
y sacudiré el polvo del árbol
que espera la correspondencia de mi sangre
Ahora que tal vez me dirijo a casa
sentir que de verdad llego a casa
∞
Resonancia orbital
Como una danza de rostros
y baile cuidadoso de las formas
hay planetas que bailan con sus satélites
mirándose hipnóticamente a los ojos
como la Tierra y la Luna
como Plutón y Caronte
Siempre de frente
sin darse la espalda jamás
Resonancia orbital la llaman
“armonía para no chocar”
En el amor el triunfo puede ser
adoptar el hábito de la resonancia
dar el lado bueno de la cara
la iluminada
esconder las arrugas
los impactos de meteoritos
los cráteres profundos
las huellas de ríos hace mucho tiempo ya secos
Guardar el lado oscuro
tomar de las manos que se ofrecen
y girar
girar
sostener la mirada y la sonrisa
en la salud y en la adversidad
Que el otro no sepa lo que somos
cuando la luz se marcha
y de la espalda surgen cuervos y tarántulas
y el relámpago nos delata
incapaces de bajar la guardia
y soltar las manos del otro
∞
En la Tierra creía que el silencio era una de las formas de lo bello
como al detenernos hasta igualar la velocidad de los árboles
amordazar las mil bocas del ruido
ser al unísono
todas las versiones que inventamos de nosotros
En esta amalgama de tiempo nada suena
el espacio todo lo traga en su inmensidad
lo diluye
sin paredes o cuerpos cercanos que contengan mis palabras
que las devuelvan
Nada suena
el espacio nada sabe de Eco
u otras ninfas de voz grave
Fuimos la excepción
bárbaros embelesados con su propio bramido
incapaces de oír música más allá de las esferas
Aquí arriba nada suena
cierro lo que queda de mis ojos
escucho los cristales transparentes del agua
chocar contra la risa del verano en tu cuerpo
∞
Llegará el tiempo en que volvamos a encontrarnos
todo en el universo fue o será polvo
y un día
nuestras cenizas se unirán para dar vida
para continuar nuestro vals sosegado
sobre el manto estelar
La promesa del amor deberá pasar por fuego
mas no será el final
nada es un final
en un universo que es anillo de estrellas
Nunca nos separamos
viajamos por el espacio
para encontrarnos en otro cuerpo
en un nuevo sol
en otro sueño.
Estos son cuatro poemas inéditos del libro Crónicas hacia Plutón que obtuvo el Premio Municipal de Poesía Oscar Oliva 2022.
Beatriz Pérez Pereda. Tabasco, 1983. Poeta, obtuvo el Premio Nacional de Poesía Carmen Alardín 2022, Premio de Poesía Óscar Oliva 2022 y Premio Dolores Castro de Poesía 2021, Premio Nacional de Poesía Amado Nervo en 2015, entre otros. Algunos de sus libros publicados son: Habitación en sombras, IMAC 2021; Teoría sobre las aves, Libros Invisibles-CECAN 2018 y Un hermoso animal es la tristeza, Laberinto Ediciones-UJAT 2016.
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